Proteger la salud de los trabajadores -y esto, sin entrar al aspecto ético ni social, consideración primaria de esta premisa- puede generar una baja de sus costos de producción, sólo por el efecto directo del menor gasto por concepto de aportes previsionales. Es así como el precio del Seguro -a excepción de la cuota básica, expresión de la solidaridad del Sistema- se fija según la siniestralidad de la empresa (medida por los días perdidos sujetos a pago de subsidios por accidentes del trabajo y enfermedades profesionales), en relación con su masa laboral en el período evaluado, que el D.S. N° 67 ha fijado en los tres años anteriores al del semestre en que corresponda este proceso, que se efectúa cada dos años.
Ejemplo de costos por falta de prevención
Una empresa que paga una cotización de 2,31 equivalente a $ 1.594.189 mensual, tiene una perdida solo por este concepto al año de $11.444.543 por alza de tasa de siniestralidad , a eso debemos agregar el 0,95% por cotización básica el monto mensual de $640.477; sacando el total anual solo por este concepto tenemos un valor de $ 7.685.725.
Sumando las tasas por concepto de siniestralidad y cotización básica tenemos un total anual de $19.130.268, cifra no menor.
Demostración de la gestión preventiva
Pero además se incentiva el cumplimiento de los otros diversos mecanismos que contempla la legalidad para controlar los riesgos laborales, al establecer requisitos formales para que las entidades empleadoras accedan a la rebaja o exención, como son:
* Tener en funcionamiento cuando proceda, el o los Comités Paritarios de Higiene y Seguridad.
* Contar con departamento de riesgos profesionales, cuando le sea exigible.
* Tener y mantener al día el reglamento de seguridad e higiene en el trabajo, y
* Haber cumplido con la obligación de informar en forma oportuna y conveniente a todos los trabajadores sobre los riesgos que entrañan sus labores, de las medidas preventivas y de los métodos de trabajo correctos.
Al no estar en situación de acreditar el cumplimiento de estos requisitos, las empresas no pueden acceder a una rebaja o exención de su cotización adicional diferenciada, aun cuando los índices de siniestralidad hicieran posible ese beneficio. Por esto, en el período de evaluación del segundo semestre del año pasado, un número importante de empresas debieron mantener su cotización adicional diferenciada alzada, no obstante que sus antecedentes estadísticos les permitían una rebaja.
A la inversa, quien no hace Prevención ni protege a sus trabajadores, puede enfrentar un aumento ostensible e inmediato en los costos fijos de producción, sólo por el efecto de este gasto directo, sin considerar la menor eficiencia y productividad que van siempre asociadas a la falta de seguridad.
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