Captura directa de CO2 atmosférico

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Los humanos emitimos ahora miles de millones de toneladas de dióxido de carbono, emisiones que la Naturaleza no puede reciclar. Además, esta cifra aumenta cada año en un proceso que parece estar acelerado. Este gas es el principal responsable del efecto invernadero y culpable último del cambio climático. Aunque dejáramos ya de emitirlo, algo que hoy por hoy parece imposible, todavía quedaría bastante en la atmósfera terrestre como para alterar el clima durante mucho tiempo.

David Keith y su equipo de la Universidad de Calgary (Canadá) trabajan en un sistema eficiente de captura directa de dióxido de carbono de la atmósfera usando una tecnología casi comercial. En su investigación han descubierto que es posible reducir el CO2 emitido por la actividad humana de manera rentable usando una máquina que lo capture del aire.La meta les parecía en principio absurda porque la concentración de este gas es de sólo 0,04%, sobre todo porque solamente ahora ha empezado a ser efectivo a un coste aceptable hacerlo directamente de las industrias que lo producen, y en donde es emitido a una concentración mayor del 10%. Pero según muestran sus cálculos la captura de CO2 directamente del aire atmosférico sólo será un poco más difícil. Están ya pasando de la teoría a la práctica.



Este proceso sería especialmente útil para el caso de las emisiones producidas por el transporte aéreo, para el que la captura directa es imposible. Aunque éste representa un pequeño porcentaje de las emisiones es igualmente significativo. Con este sistema se podría extraer de la atmósfera el CO2 emitido por los aviones actuales sin introducir en ellos modificaciones.Según Keith el problema climático es demasiado grave como para poder resolverlo con las herramientas que tenemos en la actualidad. Las energías alternativas, la energía nuclear y la captura de dióxido de carbono son vitales según él, pero habría que pensar en nuevas y radicales ideas para solucionar el problema.
El sistema de captura tradicional consiste en la instalación de una serie de equipos en centrales térmicas de carbón, petróleo o gas. El CO2 capturado de esta manera se almacenaría permanentemente en algún recinto geológico. Este último paso es tema de investigación en la actualidad con resultados un tanto controvertidos hasta el momento.La captura directa de dióxido de carbono podría jugar un importante papel para complementar otras soluciones y se podría hacer desde cualquier emplazamiento. La planta se podría construir en el sitio más barato o más cercano a su enterramiento geológico. Una empresa emisora podría pagar a otra para realizar el trabajo de eliminar sus emisiones.Según los cálculos de este equipo de investigadores se podría capturar una tonelada de CO2 del aire por menos de 100 kilovatios×hora. El prototipo que han construido fue capaz de retirar el equivalente a 20 toneladas de dióxido de carbono por año con un metro cuadrado de instalación. Usando electricidad procedente de una central que queme carbón este sistema capturaría 10 veces más dióxido de carbono que el producido por la propia central.Ahora investigan mejoras que aumenten el rendimiento del sistema, porque de momento esta tecnología está en desarrollo y un poco lejos de ser comercializada.Quizás terminen ganando el premio de 25 millones de dólares que Richard Branson ofrece a aquel que cree un sistema capaz de eliminar mil millones de toneladas de CO2 anuales de la atmósfera durante una década.



Auqnue quizás se les adelanten los neozelandeses. Parece que allí ya tienen a punto la primera central de captura “indirecta” de dióxido de carbono atmosférico. La idea consiste en usar plantas y árboles que fijen el dióxido de carbono en madera y luego usar ésta para producir carbón vegetal, que es una forma estable de carbono capaz de resistir miles de años sin alterarse.


La compañía Carbonscape, situada en Blenheim (Nueva Zelanda) ha desarrollado una tecnología basada en microondas para realizar la conversión de madera en carbón vegetal.El sistema consume electricidad pero usando energía de fuentes renovables se puede efectuar una reducción neta del CO2 atmosférico. La planta prototipo es capaz de “fijar” una tonelada de CO2 cada día.

El problema del dióxido de carbono no es realmente su captura, sino como eliminarlo después. Secuestrar un gas no es sencillo y puede que al cabo de un tiempo escape. La forma sólida en forma de carbón es ideal, porque no necesitamos un secuestro geológico. Según los que apoyan esta idea se puede verter carbón directamente en los campos de cultivo. El carbón vegetal ayuda a mantener la fertilidad y humedad del suelo. Se ha venido haciendo durante 500 años por las tribus de la selva del Amazonas de manera sostenible. La incógnita es saber durante cuanto tiempo permanece el carbono en esta forma en el suelo, tiempo que puede ir de décadas a millones de años dependiendo de las condiciones del suelo.



Para hacernos una idea de lo que significan las emisi0ne humanas y su posible secuestro geológico un cálculo nos dice que si lográsemos capturar todo el dióxido de carbono emitido por la quema de combustibles fósiles en un año y solidificarlo en forma de hielo seco se podría formar una montaña de un kilómetro y medio de alto y 20 de circunferencia en su base. Una montaña que invita a la reflexión.